Emma Peel © by Joshua Robinson
Te me fuiste con la inundación. En realidad, con el retiro de las aguas. Yo quedé mirando la tele, los noticieros: no sé cuántos miles perdieron los comerciantes del barrio, tantos árboles se vinieron abajo, tal calle de tal calle a tal otra se quedó sin luz. Pero nadie repara en las mujeres que siempre se lleva la inundación, o en las que se van cuando baja el agua, como vos. La verdad es que no llovió un poco, llovió más que bastante: dos días sin parar. Yo saqué mi pluviómetro de juguete al balcón, pero la perra —Loba, no vos, Muriel— lo tiró a la calle y también se lo llevó la inundación. No se podía entrar ni salir del edificio sin empaparse. Llegar a la avenida era hacer turismo aventura.
Te fuiste de noche, desde el balcón, y en el tiempo breve de un cigarrillo vi tu espera nerviosa al borde de la vereda, vi la mano que para el taxi, vi las dos valijas tragadas por el baúl. Y vos sin darte vuelta ni mirar hacia arriba te metiste en el auto; y el auto arrancó
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Marcelo Silveira - "Tango de la inundación", fragmento]