¡Qué hermosa y qué encantadora eres, amor mío, con todos tus encantos!



María Lado (Cee-A Coruña - 1979)


cuqui es demasiado pequeño para ser un oso de peluche
y se le cae la nariz
por eso no le gusta ir a la lavadora
ni que mamá lo cuelgue a secar por las orejas
además
me hecha de menos durante el centrifugado
y yo a el ¿y si le duele?
las orejas ¿y si le duelen las orejas de las pinzas?
o estar solo tanto tiempo en el tendal

y yo a el sobre todo hoy que es lunes y tú estás tan lejos
así que lo meto húmedo debajo de las sábanas
y lo abrazo
para que no llore más que yo sea ya grande
que me gusta porque sé que me quiere pequeño
como sólo pueden querer los ositos a los niños
que les perdonan hasta el dolor de la pinzas
como sé que tú y yo nos queremos.


("Poema sen libro para david e o amor". De la serie inédita de Casa atlántica, casa cabaret - 2001)



Rx for life...


Una al levantarse
Una al mediodía
Otra al acostarse

Puede ser antes de las comidas

Desayuno, almuerzo y cena

Tres veces al día

Ocho
Doce
Siete

En la mañana
tarde
y noche

Tid
3 times a day
ter in die.

Elías Lira - Junio 2006



La Hoja Encantada - Cuento



© Full Moon by Steven Pinker




"Porque no importa lo que los demás digan,
para mi la luna siempre será un pan de horno"



Un Largo y Ardiente Verano


Todo se vuelve verde y huele a hierba en aquellos días de invisibles olas. El cielo muy pero muy azul y con pantaloncitos cortos las chicas hacen sonar sus flip-flops al mediodía mientras un hombre y su laptop buscan un asiento solitario donde sentarse. Los niños con dulce furia pedalean sus viejas bicicletas mientras el olor delata el picnic de cada sábado vespertino. Gotas de sudor recorren como cascadas los delirantes cuerpos mientras el fuego arde por encima de palmeras, cabezas y piel. ¿Por qué el resplandor antes de mirarte a los ojos? ¿Por qué el calor y las lágrimas para poder fundirme en tus brazos? Como un papel el tiempo sufre su desdoblamiento y ya no somos nosotros mismos, solo resta al luminoso sol opacarse por la promesa de una lluvia torrencial que nunca llega. Junio, julio y agosto son interminables. ¿Habrá quedado el paraguas abierto de este verano ardiente?

Elías Lira - 25 Junio 2006


Janis Joplin: Summertime (Live) ♪



DIONYSUS


© Elías Lira - Junio 2006


Impregnaba la barra en un arreglo de irregulares y húmedos círculos con simetría absoluta en horas repletas de humo y subterfugios. Quería invocar al Hijo de Zeus. Aguafiestas del vino. Príncipe promotor de los infiernos. El que absorbe huesos, mente y sueños en arremolinadas lanzas de caracol a cambio del dithyrambus. Entonces, se llenó la atmósfera de alcoholes y doncellas embriagantes. La deseada locura ritualista de todos los sentidos, un abismo donde las uvas protagonizan el placer de la eterna intoxicación. Bebe la copa. ¿Retendrá el gran bacanal sus hilos de espanto? Bebe. Es la promesa única de regresar al éxtasis del delirium tremens para nunca más volver.

















A cigarette that bares a lipstick’s traces
An airline ticket to romantic places
Still my heart has wings
These foolish things remind me of you.
A tinkling piano in the next apartment
Those stumblin’words
That told you what my heart meant
A fair ground painted swings
These foolish things remind me of you.

You came, you saw, you conquered me
When you did that to me
I knew somehow this had to be
The winds of march that made my heart a dancer
A telephone that rings but who’s to answer
Oh, how the ghost of you clings
These foolish things remind me of you.



"These Foolish Things"
Jack Strachey / Harry Link / Holt Marvell / Eric Maschwitz


RESPONSABILIDAD


Elías Lira - 10 de mayo de 2001


Culpar a los demás continua siendo la salida más fácil y la más cobarde.

Queriendo descaradamente justificar una patética dependencia, queremos copiar los actos tristes y folklóricos de los líderes de turno para olvidar los compromisos adquiridos. La conducta que nos caracteriza es indefensa, y no exime el enfrentamiento con nuestra propia conciencia. Pero la verdad, por encima de todo, es que tenemos una seria responsabilidad con nuestros hogares, escuela, trabajo y país.

A propósito de las responsabilidades, sabemos que es una materia que no se practica en la sociedad actual. En el pasado -no hace mucho tiempo por cierto- nuestros padres y maestros se esforzaban por inculcarnos los aspectos de la excelencia, la disciplina y los buenos valores. Aprendimos a confrontar tareas, a ser sensibles y estar llenos de esperanza observando la aquilatada trayectoria y meritos de los docentes de ayer. Fuimos instruidos mediante el simple ejemplo y por la natural asociación del afecto y la valoración. Éramos muy jóvenes, es cierto, pero sabíamos lo que teníamos que hacer, porque en contraste a la generación de hoy, fuimos entrenados para ser ciudadanos íntegros y de madurez plena. Hoy, adolecemos de personas que realmente nos modelen y sirvan de ejemplo fiel, porque tristemente los verdaderos maestros, aquellos tan esforzados y amados, dejaron de ser.

La sociedad se ha convertido, por nuestra propia insensibilidad, en rincón de errores e injusticias, territorio donde gobierna la anarquía estéril, lugar donde el tormento agota la vida. Es por esta razón que la dignidad diariamente es transgredida, y el futuro de nuestra gente de relevo queda sin esperanza.

Llega el momento entonces cuando tenemos que mostrar una capacidad de juicio con respecto a las apariencias y a la banalidad. Es preciso captar la raíz de las cosas, aprender a confrontar nuestras obligaciones y compromisos. Debemos hacer el esfuerzo por acercarnos a lo honesto, a lo esencial, a lo sustantivo y buscar ansiosamente la verdad.

Deberíamos hacer el gran empeño, de lo contrario seguiremos perdidos





A veces en las tardes una cara
Nos mira desde el fondo de
un espejo;
El arte debe ser como ese espejo
Que nos revela nuestra propia cara.

Jorge Luis Borges en "Arte Poética"


Café Tacuba: Eres ♪



Partout


En el nacimiento, en el mar, en un naufragio, volando entre las nubes, en la tibieza del arco iris, en esta ciudad, en aquel campo, en el río, sobre la arena, entre las hojas caídas del bosque, entre los espinos, con salitre, con aceite, con frutas, con chocolate, con mis canciones, en la nieve, en los minerales de la tierra, en los viñedos, al romper el capullo de una mariposa, con las estrellas, a la luz de la luna, en las tinieblas, entre las serranías y las montañas, en las Islas Galápagos, en un café de Paris, al soñar, oyendo los rezos de una madre, viendo cada una de tus fotografías, en los museos, por las calles, en tu cama, en tu casa, en mi casa, y hasta en mi sepultura te hice el amor. Y cuando escasearon los lugares, me quedó el universo.

© Elías Lira - 17 de Junio, 2006



"Con las palabras lo único que se puede hacer es trazar,
a mano, un tosco mapa para llegar a lo que es secreto"


John Berger


El Mercado de Jerusalén


Muy temprano se levantaron para dirigirse al Museo de Artes. Hermosos jardines bordean el lugar y hacen recordar momentos gratos que exaltan los sentidos. A la salida del museo, el guía anunció la visita al centro de la ciudad. “Ahora veremos un lugar interesantísimo” afirmó. Caminamos unas cuantas cuadras y allí estaba frente a nosotros: el famoso mercado al aire libre de Jerusalén.
El mercado de Jerusalén se encuentra ubicado en la Ciudad Vieja. Allí se puede adquirir artesanía del Medio Oriente, cerámicas, joyas, atuendos y collares, alfombras tejidas a mano, cántaros y jarrones artísticos, vino del monte Carmelo y artesanía de cobre y bronce. Adicionalmente, es fácil encontrar variedades del árbol del olivo junto con una amplia variedad de especias orientales como la pimienta, comino, menta, pimentón, azafrán, mitra y la canela. Artefactos religiosos, artículos de cuero y piel, lámparas de aceite, cristal soplado o arte murano y artículos tradicionales también abundan a muy buenos precios. Los visitantes siempre elogian el colorido, organización y amabilidad de los puestos de ventas del mercado.
Las comidas en el mercado pueden incluir: falafel en pita, humus y ensalada en pita, naranjas y manzanas, masitas con sésamo, jugos de cítricos y vinos israelíes, además de postres como el baklavas, trigo con pistacho y miel o bien, dulces árabes como el basbusa, halvah, kunafa o ataif. Después de almorzar, el contingente decidió ir por los diferentes pasillos y puestos del mercado buscando las mejores ofertas. Un laberinto de pequeñísimas calles llenas de historia caracteriza el intrincado mercado de Jerusalén. No hay como perderse en el mundo de olores de especias, sonidos y colores de los bellos e intrincados zocos y bazares.
Cada día, transportes y camiones de todo el país llegan a Jerusalén para abarrotar de mercancías el mercado más importante de la ciudad de Jerusalén, y cada mañana, tanto lugareños, turistas como visitantes hacen presencia allí para adquirir lo mejor de las frutas y las flores. Aquí en Jerusalén como en casi todo Oriente Medio existen enraizadas y antiquísimas tradiciones de compra y venta. Los productos se mercadean por medio de un antiguo sistema de regateo de precios persona a persona.

Transcurrió el día en el mercado de Jerusalén y se pudo respirar la atmósfera calida de la noche. "Las Esquinas del Shuk" con sus puestos fueron testigos de las pláticas en las plazas. Un sorbo de un incomparable café turco selló brillantemente la aventura de visitar uno de los lugares más interesantes del mundo.

Todo dentro de la mezcla de viejas y modernas costumbres de los pueblos del apacible Mediterráneo.

Lorenna Lira González


SERENATA


"Amable, el del violón y Vicente, el de la sinfonía, acompañados de otros, vinieron una noche por la huerta de las flores y se pararon en la cerca, debajo de la mata de cayena que tapaba la ventana siempre trancada, del cuarto de Ernestina. Se pusieron a dar una serenata porque esa noche había luna y olían los azahares -dijeron eso con toda intención, mientras tocaban y era bueno para los recuerdos y para ponerse a llorar-. Entonces las cuerdas destempladas del violín dejaron oír una cosa muy triste, un lamento, hasta que le tocaba el turno a la sinfonía, y entonces todo partía el alma y engarzaba la noche y los recuerdos y los vecinos comenzaban a asomarse a las ventanas y Sultán dejaba de ladrar y la gente estaba toda ensueño porque aquellos músicos tocaban con el corazón"
Adriano González León
("País Portátil" - Premio Biblioteca Breve, Ediciones Seis Barral de Barcelona, España, 1968)



Frankenstein

Al comienzo fue una leve y cálida sonrisa. Después te amé. En los edificios altos, en los cafés, en las calles. Te amé al coincidir juntos en la oficina. En las conversaciones sin medida.

Tu calidez se fue instalando en potencia y zoología. Pero lo peor fue tocarte. Desde tu cabellera hasta la punta de tus pies. Porque tocar tu piel y respirar los dos el mismo aire es morir.

Y es que tu perfume es erotismo encendido que estalla por los poros. Ardor y tormenta que no cesa. Y yo, un animal en celo buscándote sin remedio. ¿Hasta dónde? Hasta agotarme por completo en un desierto, hasta quedarme prisionero en los hilos de tu telaraña cautivante.

Se que intentas buscar en otro lo que sabes tienes conmigo. Que le dices a la gente que ya no te importo. Que tratas de olvidarme. Pero quiero que sepas que esto que sentimos no tiene escapatoria. Estamos hechos el uno para el otro. Si no duermes, es por mi culpa. Si no comes también. Porque planeo un gran festín, mi barbarie creatura. Extraeré de ti cada célula que tengas de vida para embriagarlas con mis besos. Tus pensamientos los inyectaré para alucinarlos y preñarlos con los míos. Serás definitivamente mi obra maestra.
© Elías Lira - 12 de Junio, 2006


Solitario (como un perro)



Toda la noche se encendió dentro de mí. Quiero gritar, pero solo emito un débil ladrido. Suena el teléfono y el contestador automático me da náuseas. No quieren saber nada de nosotros. Yo pobre, inquieto y manso. Que vida! Me despierto pensando en él. En ellos. Me acerco de nuevo a la ventana. Sólo alcanzo a escuchar mis pasos, uñas y dientes, mi jadear de lado a lado. Afuera, está frío y lluvioso. Pienso en el invierno y en los otros que no tienen ni siquiera casa. Logro sacudirme el pensamiento. Al fondo, una sombra. Me encuentro a merced de mí mismo. Fue entonces que lo vi, tomó mi rostro, asió mis orejas, jaló mi pelo. Recreando, estalló la dulce magia de su voz. -Me tardé bastante- me dijo, -aquí tienes tu suculento hueso de plástico.


© Elías Lira - 11 de Junio, 2006


De Simón para Manuelita Sáenz


Manuela:

Llegaste de improviso, como siempre. Sonriente. Notoria. Dulce. Eras tú. Te miré. Y la noche fue tuya. Toda. Mis palabras. Mis sonrisas. El viento que respiré y te enviaba en suspiros. El tiempo fue cómplice por el tiempo que alargué el discurso frente al Congreso para verte frente a mí, sin moverte, quieta, mía…

Utilicé las palabras más suaves y contundentes; sugerí espacios terrenales con problemas qué resolver mientras mi imaginación te recorría; los generales que aplaudieron de pie no se imaginaron que describía la noche del martes que nuestros caballos galoparon al unísono; que la descripción de oportunidades para superar el problema de la guerra, era la descripción de tus besos. Que los recursos que llegarían para la compra de arados y cañones, era la miel de tus ojos que escondías para guardar mi figura cansada, como me repetías para esconder las lágrimas del placer que te inundaba.

Y después, escuché tu voz. Era la misma. Te di la mano, y tu piel me recorrió entero. Igual… que los minutos eternos que detuvieron las mareas, el viento del norte, la rosa de los vientos, el tintineo de las estrellas colgadas en jardines secretos y el arcoiris que se vio hasta la media noche. Fuiste todo eso, enfundada en tu uniforme de charreteras doradas, el mismo con el que agredes la torpeza de quienes desconocen cómo se construye la vida.

Mañana habrá otra sesión del Congreso. ¿Estarás?

Simón


[Nota del Editor] Las palabras desnudan a los dueños de quienes las utilizan. Ágora nos permite acentuar los caminos apacibles de una mayor divulgación de la obra literaria del Libertador Simón Bolívar, obra que emana los matices de mayor fuerza del pensamiento del genio.



ACOL

Si piensas

Si crees
Si deseas
Si juras
Si anhelas
Si esperas
Si aspiras
Si seduces
Si rezas o sueñas,
Pero renuncias al amor que te ofrezco
Entonces, eres una loca extraviada en tu propio laberinto.

Porque mi lírica no se seca ni se espanta
y si desoyes mi discurso, eres una ingrata.

Para que sepas.



© Elías Lira - Junio 2006


Carissima in Deliciis

  • O. Elias Lira
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