Vivo en un barrio que es como un gran jardín; “un jardín con casitas, sembrado de colores”, si lo describiera para un cuento infantil. Un barrio en donde darle la vuelta a la manzana o ir al parque es un agradable encuentro con los robles morados, los guayacanes lilas, la luz dorada del lluvia de oro, las níveas flores de La Habana, los brillantes rojos del coral, el escándalo fucsia de las trinitarias, el rosa de las cayenas, el escarlata de la acacia y el verde, en fin, omnipresente, de los pastos, follajes y ramadas que crecen frente a bellas casas del siglo pasado ●
(Mara Del Río - "Vivo en un barrio", fragmento)