En la oscura costa de los olvidados
leí un poema roto,
un poema dedicado a nadie.
Tal vez a la eternidad.
Quizás a los viejos hados.
Hablaba de mí mismo y de mi pueblo,
soñador de lo remoto.
Hablaba de la noche y de la aurora,
de la vida amortajada en soledad,
de una nostalgia sin fin y sin cuento.(
Moisés Garzón Serfaty - "INQUISICION", del poemario Voz del alma)