De pronto tu boca
firmamento profundo
lengua centellante
luz hambrienta.
Y mi aliento te roza levemente
y sentí un ardor sideral
en mis mejillas.
Un calor de galaxia enloquecida
reparte astros, cometas y estrellas
labios brillantes que tientan
en un viaje sin fronteras.
Como meteoro infinito
paso acariciándote
llenándote toda con mi fuego.
Elías Lira - Otoño 2005