PARAISO
Miré ansiando lo divino de tu cuerpo
Me callé, dejando reposar tu diadema en mi pecho
Te acaricié, mientras sonreías dulcemente como sólo tú sabes hacerlo
Como un torbellino sellé tus dulces labios con mis besos.
Caricias aterciopeladas
respiración forzada abriendo paso al rizado cielo
Entonces nuestro encuentro.
Clandestina marejada, licor de arrebato
Amor imposible, delicia de sangre y fuego.
Tu ser afrutado celebrando la trascendencia infinita del momento.
Ay mujer, si eres paraíso eterno
¿Por qué apartas de mí tus sentimientos?
Elías Lira - Marzo 2006