Published Wednesday, June 27, 2007 by O. Elias Lira.
Échale semilla pa'que suene
Hay exquisitos amigos de la salsa que se verán retratados dibujando un ratón poco común y cotidiano extraviado en los basureros metálicos detrás de las casas. Pero la gata, la jeba, una Cuaima moderada, pero sabihonda de fracasos y ensueños deja a cualquiera sin respiración cuando quiere en su ventana, con maraca o sin ella. Quizás la música deje aflorar el recuerdo de un antro caribeño de luces de colores como "El Pez que Fuma" o revele la personalidad freudiana de ciertos actorcillos modernos que hicieron el papel de pornográficos arrepentidos con tal de salir en una película de turno. Yo, aun estoy anonadado con las imágenes censuradas de la bella Mimí Lazo, las andanzas del bonche nocturno citadino y lo soplados que éramos en la primera noche. Probablemente, la pieza musical haga que algunos sueñen con el Mercedes importado con tapicería de cuero y faritos de "ojo e' gato" que la hermosa Corina Castro con voz sensualísima anunciaba por las noches en Radio Capital. Hay amigos así y de todo. Amigos de la buena salsa. Gatos nocturnos. Esos sabrán deleitarse con rumbas como ésta. Claro, siempre que no entren en contradicción existencial, negación de ellos mismos, ni se opongan a la verdad de Sancho Panza que dijo: "donde hay música no puede haber cosa mala". Pero, confieso que quisiera repetir aquel único concierto del Queen en un antiguo poliedro que nunca se llenó por culpa de Rómulo. Cheo Feliciano, Jorge Santana y Fania All Stars, silvuple ●
Atropellado por el acicalado acorde de copas en estado de reflexión híbrida Por el empedrado O eternizado por el repertorio Marcando la partitura en la memoria y todas las palabras y sus llantos Acercándome quizás.
Entonces, ¿qué dicen? ¿Cómo te llaman? Y aquel instrumento, la resonancia y vibración de tus dedos, con fuelle y soplo entrecortante Me aqito queriendo vanamente emitir un sonido, una palabra.
Y digo, echame una mano Nonino, que tu sabes bien Más que nadie, tu sabes, che De aquel amado De su grandeza De su estatura De su Argentinidad.
... El fénix esa hoguera que se engendra a sí misma Por un momento todo lo oscurece con su ardiente ceniza Dejando peligrosos estrechos tres sirenas Llegan cantando dulcemente Y todos fénix águila y pihís de la China Confraternizan con la volante máquina...
Yfue a encontrarlos lago arriba para no irse con las manos llenas de lodo y excremento. Angustiado por el acecho de la bestia de largas vidas temerosa de voraces fauces de la orilla. A la vez desempleado con el sol en la cara y sudoroso. Por horas. Deseando los colores y tamaños que saltaron, saltando entre la malla parcheada deforme. Un sin fin de creaturas plateadas, extendidas y oscuras, una rana verde, una manta-raya de huevos de lagarto y aquellos rostros pálidos de ojos tristes de los conquistados en una trampa sin salida descubierta. Quizás uno que otro escape sin otro destino que la boca abierta de invisible terror, pero el resto será guillotinado por misericordia. Siempre sin sufrir habrá otros y más. Cuerpos salados, preservados por un tiempo y el doble del tiempo como gusanos aterciopelados y tapas de escarchas enfiladas dentro de una cacerola de jugos, pimienta y hierba perfumante para en aceite hirviente de ajos, ir a parar finalmente en la memoria agradecida de dos trogloditas hidrópicos de un barril de cerveza ●
Published Thursday, June 14, 2007 by O. Elias Lira.
Más allá de los símbolos, más allá de la pompa y la ceniza de los aniversarios, más allá de la aberración del gramático que ve en la historia del hidalgo que soñaba ser don Quijote y al fin lo fue, no una amistad y una alegría sino un herbario de arcaísmos y un refranero, estás, España silenciosa, en nosotros. España del bisonte, que moriría por el hierro o el rifle, en las praderas del ocaso, en Montana, España donde Ulises descendió a la Casa de Hades, España del íbero, del celta, del cartaginés, y de Roma, España de los duros visigodos, de estirpe escandinava, que deletrearon y olvidaron la escritura de Ulfilas, pastor de pueblos, España del Islam, de la cábala y de la Noche Oscura del Alma, España de los inquisidores, que padecieron el destino de ser verdugos y hubieran podido ser mártires, España de la larga aventura que descifró los mares y redujo crueles imperios y que prosigue aquí, en Buenos Aires, en este atardecer del mes de julio de 1964, España de la otra guitarra, la desgarrada, no la humilde, la nuestra, España de los patios, España de la piedra piadosa de catedrales y santuarios, España de la hombría de bien y de la caudalosa amistad, España del inútil coraje, podemos profesar otros amores, podemos olvidarte como olvidamos nuestro propio pasado, porque inseparablemente estás en nosotros, en los íntimos hábitos de la sangre, en los Acevedo y los Suárez de mi linaje, España, madre de ríos y de espadas y de multiplicadas generaciones, incesante y fatal.
Published Thursday, June 07, 2007 by O. Elias Lira.
Epiphany II by Andrew Ostin
Luego, exhala la megalópolis O acaso lo insustancial Lo inconsistente Y, de repente, el espacio demoledor Desentrañando el alma Transparentando el desvarío Detrás del molde inextinguible y la respiración Disolviendo gigantes Allá lejos en los intersticios del horizonte Allá en la memoria que se agota Aflora la verdad erguida.
Y las balas volando Arrojadas Letales Como silbidos que alcanzan sílabas De humo centellante Detrás de ellas más balas Y ráfagas Abajo en el asfalto Alguien no merece morir Y corro con el corazón en la boca para descubrir que aun estoy vivo.
Aron Gia - 1 de Junio 2007
Published by O. Elias Lira.
Las líneas del cuello como luz polar. Los destellos de la espera se reflejan en un azul pálido al borde mismo del cuerpo, que busca el desierto en la clavícula, y la noche en la boca entreabierta.
Son dos cuerpos indistintos. Dos noches enfrentadas al abismo de una mirada que se pierde en su propio centro. Las pestañas son dientes que devoran el iris. Y la noche nos abraza.
("Perfil Azul" de María Salvador)
Published by O. Elias Lira.
di miña avoa que o día de reises é de laranxa mandarina que os reises viñan de cabalo ata a porta do rueriño e que era unha alegría grande porque as laranxas dos reises eran pequenas e doces como son as cousas que nos han de acompañar xa sempre as apertas longas e a música para os amigos verche sorrir a unha muller fermosa e saber que levas bicos nos petos os favores e os consellos e ti e david e os palitos e ves e érguesnos porque sabes que caemos algunha noite e todo iso que é tan facil porque ti sempre apareces
e di miña avoa que nunca botaron os reises xoguetes no rueiriño que lle botaron unha vez uns zapatos vermellos pero que ela non se acorda e que o mellor das mandarinas era partilas cos outros nenos pola mañán que os reises non sabían de moitas casas en mallou e que iso era o mellor que son pequenas e humildes as mandarinas que non pretenden ser laranxas.
(María Lado - "De laranxa mandarina" poema sen libro para abraham e a amizade)
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