¡Qué hermosa y qué encantadora eres, amor mío, con todos tus encantos!



C H I N A R Á S


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© Cartoon by Filibuster
Ay China, te extraño. Te extraño entre mis pijamas rotas. Encima del espejo y bajo mis sábanas. Por los rincones históricos de aquella ventana. En la huella de tus antiguos trenes, en las hojas marchitas de los árboles, en el cauce del Gran Río, en la Plaza Roja. Cuando mi pastilla de jabón resbala por la tina quedando rezagada entre pensamientos de Confucio, te extraño más y más. Y es que tus ojos rasgados distinguen el amarillo exhumado de tu piel donde diminutos habitantes acarician tu rostro. Como consuelo mantengo una dinastía de pececillos dorados luchando por tus murallas. Pero merodea la negra nube solitaria de tus mercados y barqueros, me abraza el pensamiento del recuerdo represivo de tus cabellos lisos satinados como el espeso café decorado con churros. ¿Y tus labios acaramelados entre servilletas rotas de la azotea? Es la promesa elegiaca de terrazas y arte sobre la cuerda floja.

Mil mujeres fantasmales me atraviesan exhausto, voy languideciendo como hilera de cuchillos enjugando diariamente la pena de no tenerte. Y tu cuerpo diminuto de bambú exhala el incienso procesional de ídolos contenidos por siglos en los templos.

Lenguaje incomprensible, griterío oscuro, aventura de cavernas laberínticas milenarias, tu humedad chapotea mis entrañas como un verdugo. Lo mismo que Sodoma y Gomorra, perros con lanzas enraízan mi ser languideciendo cada noche. A lo mejor, la página de este libro no quede escrita. Aunque mis películas, mi MP3 y mis zapatillas deportivas son "Made-in-China".

© Aron Gia - 26 Septiembre 2008


Carissima in Deliciis

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