Published Friday, March 31, 2006 by O. Elias Lira.
Día cubierto y oscuro, la solitaria playa súbita. Desnudos sus pies, el profeta camina, sus ojos desconocen la fatiga. La blanca túnica, la espesa barba plateada delata su figura. A lo lejos una isla mágica de diamantes y amatistas. El profeta despeinaba presuroso la arena, escollos estériles y secos encontraba a su paso. El agua gris mancha las rocas. Las algas muertas sorteadas junto al metal de la brisa. Al levantar su vista, una diminuta barca con dos seres fuertes e imposibles, dispuestos hacia la isla. El profeta no halló sus rostros, solo la proa rodeando la virgen isla que guardaba en secreto la castidad quimérica. Súbitamente la barca empezó a hundirse, presurosos los tripulantes remaban entre campanas. Mar agitado. Mar adentro. Mar de sangre ardiente que bombea la vida. Como animal vivo se adentraba más y más la pequeña barca en el horizonte. Todo lo vio aquel viejo profeta frente a la bóveda cobriza. Húmeda la almohada, desperté delirando, los labios impregnados de sal sedientos por un beso.
Published Thursday, March 30, 2006 by O. Elias Lira.
Y allí estaba yo
sentada en un hoyo negro
esperando que me tocara
la cuota asignada de
brisa de tu boca
Y de pronto sentí ruido de trompetas
(como de música barroca, bien fuerte)
Y en ese instante dije
-me están amando más allá
del silencio y la palabra-
María Inés Zaldívar - 1995
Published by O. Elias Lira.
La tierra giró para acercarnos,
giró sobre sí misma y en nosotros,
hasta juntarnos por fin en este sueño,
como fue escrito en el Simposio.
Pasaron noches, nieves y solsticios;
pasó el tiempo en minutos y milenios.
Una carreta que iba para Nínive
llegó a Nebraska.
Un gallo cantó lejos del mundo,
en la previda a menos mil de nuestros padres.
La tierra giró musicalmente
llevándonos a bordo;
no cesó de girar un solo instante,
como si tanto amor, tanto milagro
sólo fuera un adagio hace mucho ya escrito
entre las partituras del Simposio.
Eugenio Montejo - 1938 Caracas, Venezuela
Published by O. Elias Lira.
PARAISO
Miré ansiando lo divino de tu cuerpo
Me callé, dejando reposar tu diadema en mi pecho
Te acaricié, mientras sonreías dulcemente como sólo tú sabes hacerlo
Como un torbellino sellé tus dulces labios con mis besos.
Caricias aterciopeladas
respiración forzada abriendo paso al rizado cielo
Entonces nuestro encuentro.
Clandestina marejada, licor de arrebato
Amor imposible, delicia de sangre y fuego.
Tu ser afrutado celebrando la trascendencia infinita del momento.
Ay mujer, si eres paraíso eterno
¿Por qué apartas de mí tus sentimientos?
Elías Lira - Marzo 2006
Published Saturday, March 04, 2006 by O. Elias Lira.
Dado que Dios las creó con una dimensión adicional de entendimiento, las mujeres en comparación con el hombre, poseen una demostrada capacidad de comprender al resto de las personas. Este agudo entendimiento va a ser el recurso principal clave de toda mujer para lograr superar las barreras que se le presenten en la vida. La mujer es un ser inigualable, es un ser especialísimo y nosotros los hombres debemos aprender a amarlas. Es necesario honrar a la mujer todos los días de nuestra vida.
Published Friday, March 03, 2006 by O. Elias Lira.
Tu estatura es semejante a la palmera, y tus pechos, a sus racimos.
Yo dije: "Subiré a la palmera, asiré sus frutos. ¡Sean tus pechos como racimos de la vid, el perfume de tu aliento como manzanas, y tu paladar como el mejor vino!
El Cantar de los Cantares
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Published by O. Elias Lira.
Iluminas mis mañanas y aún apacientas mis recogimientos.
De ensueños y deseos eres guardiana.
Elías Lira